Todas las personas contamos con características e información que nos distinguen a unos de otros; esto nos hace ser personas físicas identificadas o identificables. Este tipo de información es lo que llamamos “datos personales”.
Los datos que pertenecen a una persona física se pueden catalogar de la siguiente manera:
• De identificación (nombre, domicilio, teléfono, e-mail, RFC, CURP, etc.)
• Patrimoniales (bienes, cuentas bancarias, inversiones, etc.)
• De salud (estado de salud física y mental)
• Biométricos (huellas dactilares, iris, etc.)
• Académicos (títulos y grados académicos, calificaciones, etc.)
• Étnicos (origen racial)
• Otros (religiosos, preferencia sexual, afiliación política, ideología, etc.)
Como puede apreciarse, los datos personales son muy importantes y su manejo es tan delicado que en la actualidad su protección es un derecho humano; en la Constitución General de la República y en la Constitución del Estado de Chihuahua se establece que toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales.
Ahora bien, nuestros datos personales se clasifican dependiendo del grado de sensibilidad de los mismos o del grado de privacidad con el que merece ser tratada dicha información.
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Dentro del universo de datos personales encontramos algunos más delicados que otros, y en caso de ser publicados o dados a conocer nos podría afectar en la esfera íntima de nuestra persona, o su uso indebido podría dar origen a que seamos sujetos de discriminación o exponernos a algún riesgo grave. A este tipo de información le denominamos “datos sensibles”.
Dentro de los datos personales se consideran sensibles aquellos que puedan revelar aspectos como:
• Origen racial o étnico
• Estado de salud física y mental
• Información genética
• Creencias religiosas, filosóficas y morales
• Afiliación sindical
• Opiniones políticas
• Preferencias sexuales
• Situación moral y familiar
• Otras cuestiones íntimas de similar naturaleza
Como se ha dicho, la protección de nuestros datos personales es un derecho fundamental; por ello, tenemos el poder de disponer y controlar cuáles datos se proporcionarán a terceros, conocer y decidir quién, cómo y de qué manera recaba, utiliza y comparte nuestros datos personales.
En esta época en que casi todo pasa por la informática, el peligro sobre el uso indebido de información relacionada con datos de los usuarios es más alto, por lo que debe haber una adecuada regulación sobre la materia.
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